Mi nombre es
Laura, nací el 5 de Febrero de 1985 en Pontevedra.
Nací a las 40
semanas de embarazo, en un parto natural y sin complicaciones.
Al nacer, fui
trasladada de urgencia a una incubadora del Hospital Montecelo, porque nací
con una talla de 36.5cm y un peso de 1.220Kg.
Después de estar
hasta el 26 de abril en la incubadora, mi peso y mi talla habían aumentado;
mientras tanto mis papás venían cada día a verme, y eso me hacía muy feliz pues
me daba muchas fuerzas para seguir luchando y conseguir mi objetivo: ¡Salir del
hospital! hasta que llegó el gran día, los médicos me dejaban irme a mi casa y
por fin conocer a mi hermana y al resto de la familia.
Talla: 41,5cm.
Peso: 2.240kg.
A los 6 meses y
medio, el médico le dijo a mi mamá que me diera unas papillas que se llamaban:
Nestum 5 cereales.
Tras pasar
varios meses, fui creciendo y aumentando de peso aunque muy lentamente. Los
médicos les decían a mis padres que no iba a crecer al mismo ritmo que los
otros niños, que no iba a andar y que iba a tener dificultad para hablar, pero
bajo estos comentarios,
Ninguna solución,
eran tiempos difíciles, mis padres en la ignorancia pues no le dieron importancia,
pues mientras fuera avanzando lentamente no pasaba nada.
Tras ir a
intensivas revisiones pediátricas, y al cabo de los 2 años de vida, los
pediatras tras visualizar un estancamiento en mi crecimiento, decidieron
iniciar un novedoso y costoso tratamiento que ayudaría a mi crecimiento óseo y
fortalecimiento muscular. Por lo que mi mamá me iba a inyectar en mi muslo la
hormona de crecimiento durante dos años.
Estuve durante 2
años (de 2 a casi 4 años de edad), que decidieron suspender el tratamiento
porque decían que no me hacía el efecto deseado, pero visualizando mis gráficas
de crecimiento he comprobado que crecía 2 veces más de los parámetros
establecidos, ¿el porqué
de la suspensión??
Pues seguramente
por situación económica, eran inyecciones muy caras y la sanidad pues no podría
permitírselo, ¿quién sabe la respuesta??
Mis padres se
daban cuenta que las cosas no iban bien, y que era mejor tener otras
opiniones, así que, nos fuimos un día a un pueblo de Lugo, a ver a un
médico.
¡¡Oh oh!! ¡¡Hay
un problema!! Los médicos dicen que no crezco con la hormona, que estoy por
debajo de los parámetros establecidos de crecimiento, así que, me
suspenden el tratamiento…
Tras ya pasar
varios años, y ver que utilizaba estos dos aparatos de medida, en vez de las
básculas y altímetros para niños de mi edad, quería decir que…las cosas no iban
bien…así que…
Tras hacer cada
año radiografías de mi muñeca para visualizar la edad ósea…
Nos vamos de
paseo de nuevo, esta vez… a Rivadavia (Orense) para visitar a un médico de
medicina homeópata, tras varias exploraciones me da un jarabe, y unas ampollas
que me ayudaron mucho a dar un estirón en el crecimiento y a abrir mi apetito,
estuve visitando a este médico cada 6 meses durante unos 8 años.
Tenía prohibido
tomar vinagre, naranjas de pulpa roja, cebolla, coles, refrescos y más
alimentos que ahora no recuerdo...
El médico de Rivadavia,
ya estaba muy mayor, y ya no coordinaba sus acciones por lo que nos vamos de
paseo a visitar a otro médico, esta vez de medicina general… a Ribeira (A
Coruña) , donde me receta unas vitaminas y me dice que en breve tendré la
menstruación (Tenía aquí 11 años).
En esta nueva
etapa ya tengo 12 años, donde iré por última vez al pediatra, y después de
hacerme las exploraciones médicas necesarias, cuando me iba me dijo: ”Si el
próximo año quieres venir puedes, es una pérdida de tiempo, pero ya no vas a
crecer más, pero no te preocupes que ahora hay zapatos muy bonitos y muy altos
que te puedes comprar”, lo dijo como si yo fuera una piedra, como si no tuviera
sentimientos, aquello fue lo que más me marcó, yo era una niña pero supe que
aquello no era un médico sino una persona sin escrúpulos, sin sentimientos, sin
conocimientos de psicología, me pregunto yo ,¿eso es un médico que trata con
niños? No.
Mi etapa
infantil termina, y comienza una nueva vida llena de cambios para mí y mi
familia, donde después de mucho tiempo nos aferramos a la palabra ESPERANZA.
Tengo 12 años y
dejo ya el pediatra, mis padres decepcionados quizás, consultan al médico de
familia lo sucedido y este, nos remite a un endocrino de pago amigo suyo, no
recuerdo si fuimos gratis o nos rebajó el precio de la consulta. Solo recuerdo
que era un gran médico, donde nos dijo las cosas claras, sin excusas, donde me
hizo varias exploraciones y analíticas completas, y me dijo que mis huesos
estaban cerrados como los de un adulto y que farmacológicamente no había
nada que hacer por mi crecimiento, la única alternativa era optar por una
operación de alargamiento de extremidades (piernas y brazos). Y me preguntó, ¿¿qué
era lo que quería hacer??...
Entonces, me
acuerdo que mis padres lloraban, y me dijeron: Laura, ¿tú qué quieres hacer?
Nosotros pensamos que tú estás bien así, que no es necesario que pases por una
operación innecesaria, nosotros te vamos a ayudar en todo como hasta ahora,
pero la última decisión la tienes tú.
Entonces, yo
decidí que quería someterme a esa operación, solamente de tibias, que lo que
tuviera que pasar que pasara, pues yo quería ser independiente, y que cada vez
que quisiera mirar por la ventana, coger un vaso, unas galletas,… no tuviera
que decir: Mamá, Papá me cogéis… por favor. Y así, cuando me quedara sola pues
valerme por mi misma.
Es aquí cuando
fui a visitar a un traumatólogo en un hospital privado de mi ciudad, donde tras
varias exploraciones, analíticas, etc. me dijo que era apta para operarme. Que
esa operación me la harían en Madrid en un hospital público materno-infantil.
Mientras tanto, nosotros habíamos conocido a una chica que se había hecho las
operaciones en Barcelona, y fuimos a Barcelona a hablar con el médico…
El tiempo ha
pasado, y ya tengo 16 años, estoy en Barcelona consultándome con el Dr.Viladot,
Nº1 en cirugía traumatológica de todo el mundo. Tras varias exploraciones
nuevamente, me dice que primero quiere tener otros datos médicos y que va a
remitirme a una amiga suya, una endocrina excelente como profesional y como
persona, la Dra. Ibáñez.
Así que, él
la llama y le comenta mi caso.
Vamos al
hospital Sant Joan de Déu, también en Barcelona.
Cuando la Dra.
Ibáñez nos recibió amablemente, dijo: Una chica Silver-Russell, nuestra cara
debió ser un poema, nos quedamos en shock, ¿qué estaba diciendo?? Entonces nos
mandó sentarnos y nos comentó la situación, que creía que era un caso de
Síndrome Silver-Russell pero que tendría que hacerme una serie de pruebas para
confirmarlo, y me preguntó por mi Historial clínico, y mis padres le dijeron
que no tenían ningún informe médico mío. Ella se extrañó, que era algo que
tenemos derecho a pedirlo. Así que, cuando regresamos a Pontevedra,
lo solicitamos, y ¿¿cuál fue la sorpresa??? Si, en mi historial ponía que tenia
Crecimiento intrauterino tipo Silver-Russell.
Dos meses
después, en septiembre del año 2000, estuve ingresada en el Hospital Sant Joan
de Déu por un par de días, donde me hicieron muchas pruebas (TAC, RX, Fotos,
analíticas de sangre, analíticas de orina, encefalograma, resonancia magnética,
prueba de tolerancia de glucosa, analíticas de hormonas, colesterol, tiroides,
electrocardiograma….) la doctora mandó analizar todas las pruebas por urgencia
para no tener que volver a Barcelona, el resultado fue… Síndrome
Silver-Russell. Entonces nos explicó todo, en qué consistía, …. Y que era una
pena muy grande, que no fuera a visitarla cuando tenía entre 11/12 años porque
me ayudaría mucho a que mi crecimiento avanzara. Le preguntamos si, sería
viable ponerme de nuevo la hormona de crecimiento, y me dijo que en mi caso ya
no hacía efecto. Por otro lado… el Dr. Viladot, con los resultados de la
endocrina y los suyos, me dijo que había que operarme rápido, me dio
fecha para el 16 de marzo de 2001.
Llegó el momento
de entrar en quirófano, son las 11:30h de la mañana…tras varias horas de
intervención regreso a la habitación, totalmente despierta y con mi aparato de
alargamiento colocado en mi tibia, ahora empieza un proceso, difícil y de
valentía.
El proceso duró
en total de alargamiento y recuperación 4 años, en el que he alargado 10 cm en
cada pierna, es decir, pasé de 1.30cm a 1,40cm. Ha sido al principio llevadero
pero después, más difícil porque tenía dolor en mi pierna izquierda y muchas
complicaciones, por si no quedó claro, me alargaron las dos piernas. Yo no
tenía asimetría en mi cuerpo, y ahora me ha quedado la pierna izquierda casi
2cm más grande que la derecha, y tengo además, llevar unas plantillas
especiales en mis pies. Durante el proceso de alargamiento, que me hacía yo
misma, cada 6h, y me curaba yo cada día, no dejaba a nadie, además, en este
proceso estuve sin apoyar las piernas, por lo que tuve que ser dependiente de
una silla de ruedas, por temor a que en el instituto los alumnos al pasar
corriendo me dieran un golpe.
Actualmente,
estoy feliz por los resultados, pues he pasado de depender de mi familia a ser
totalmente independiente, aunque algunas veces tenga que subir a una silla para
coger algo en un armario¡¡jeje!!
Tengo 28 años, y
una experiencia diferente a los demás niños, pero sin duda, no cambiaría por
nada, porque si Dios me hizo así, sería por algo, por lo que le doy las
gracias.
También las
gracias a mi familia, especialmente a mis padres, porque sin ellos, esta lucha,
esta valentía , esta fuerza que me acompaña cada día, es porque ellos me la han
proporcionado a lo largo de mi vida, y lo han pasado muy mal, moralmente,
económicamente, para que yo sea quien soy hoy en día, por lo que dicen los
demás, Una personita llena de vida, de alegría, con mal genio, luchadora,
valiente, consiguiendo todo aquello que me propongo aunque en ello se me vaya
la vida.
Ahora, con 28
años que tengo, tengo un largo currículo en la vida, donde me prometieron
promesas que jamás fueron cumplidas, a todos ellos me rio yo en su cara, porque
ahora soy esa persona que nadie se imaginaba que iba a llegar a ser…
Ahora soy esa
chica que en su día no iba a andar, no iba a hablar, que tenía retraso
educativo… esa que ahora lucha porque las injusticias que yo sufrí no la sufran
los que son como yo, la que quiere llegar con su voz a lo más alto, luchar por
los derechos que nos merecemos, esa señores, si se les puede llamar así, Esa
chica es Laura Pintos, la que no va a parar hasta que consiga sus objetivos
cueste lo que le cueste…porque he llegado a la mitad de mi gran meta, que fue :
1. Acabar mis
estudios.
2. Tener carnet
de conducir aprobado a la 1ª.
3. Valerme por
mi misma.
4. Ser técnica
en farmacia, auxiliar de enfermería, secretaria… y luchar por mi gran sueño
“Estudiar en la universidad el Grado de Fisioterapia”, que poco a poco estoy
consiguiendo...
Con todo lo anterior
os dejo un mensaje:
JAMÁS PIERDAS LA
SONRISA, PORQUE SI TÚ MISMA NO TE ACEPTAS, LOS DEMÁS TAMPOCO LO HARÁN.
Quiérete, mímate y convéncete de que eres lo mejor, eso sí, sin creerte
superior a los demás, porque nadie es superior que nadie. Para todos/as
vosotros/as, un pedacito muy resumido de mi historia, es decir, de lo que fui,
de lo que soy y de lo que llegaré a ser.
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